Memorias de un 168

31 de mayo de 2014

Memorias de un 168




En las primeras dos partes, Clara ya de grande le cuenta a su ñieta Pilar la anécdota de aquel día. En el tercer video se puede ver simplemente lo que Clara recuerda de aquel día.

Casa Tomada

30 de mayo de 2014


Día a día cedían más espacio al silencio, a los miedos, a la incomunicación. De repente quedaron en el zaguán, donde dejaron de escuchar los ruidos. Abandonaron todo y terminaron en la calle sólo con lo puesto...






"Ómnibus"

Casa tomada: un punto de vista diferente.

28 de mayo de 2014

Esa casa se ha vivido generación tras generación de mi familia por años, reuniendo miles de recuerdos y experiencias entre sus viejas paredes. Si bien hubo una  época en que la que era plenamente usada, hace mucho tiempo ya que resulta demasiado grande. Para mi hermano y para mí la casa de diez habitaciones es más de lo que podríamos llegar a usar, sin embargo permanecimos en ella por más tiempo del que puedo recordar. No solo los cuartos eran demasiados para nosotros, sino que además eran enormes. Empezando por la entrada sobre Rodríguez Pena, estaban las cinco habitaciones que menos usábamos; en esos cuartos descansaban libros viejos, un gran piano de cola, armarios llenos de cosas que ya no podía ni recordar y, aunque jamás le conté a mi hermano, la habitación de las lanas, como la llamaba yo. Luego estaba la gran puerta de roble dividiendo la casa en dos, allí empezaba la parte habitada de la casa. Primero estaba el bañito y la cocina. Después se seguía por un pasillo hasta el living que a ambos lados tenía puertas hacia dormitorios, a la derecha el mío y a la izquierda el de mi hermano. Finalmente estaba el cancel con su salida a Callao.
Mantener una casa tan grande limpia era un trabajo muy duro. Nos despertábamos muy temprano para realizar las labores de limpieza. Comenzábamos desde la entrada a Rodríguez Pena, mi hermano limpiaba la biblioteca y la sala del piano hasta las once y luego se iba a preparar la comida. Mientras tanto yo me encargaba del resto. Siempre empezaba con el cuarto de las lanas, no fuera cuestión de que mi hermano fuera a ella antes que yo y descubriera mi secreto. Allí, día a día, se acumulaban las distintas prendas que yo tejía. Esa, además de la limpieza, era la única tarea que me mantenía ocupada. Me gustaba tejer de todo, sobre todo si era algo que resultara de utilidad, pero hay un límite de lo que uno puede llegar a usar, el resto lo guardaba en el cuarto. Si hubiera niños en la casa habría tenido otras tareas que hacer, o al menos más gente para la que tejer abrigos, medias y mañanitas, pero ni yo ni mi hermano nos casamos jamás. Él porque perdió a María Esther antes de siquiera comprometerse. Yo porque después de esa pérdida no me atrevía a abandonar a mi hermano y eso que oportunidades no me faltaron, a dos pretendientes rechacé. Las lanas para mis tejidos siempre me  las conseguía mi hermano, o eso él creía; sus gustos no eran los más bonitos, pero en lugar de decírselo yo salía cuando él no lo notaba y me compraba los colores que más me gustaban. Para esta tarea utilizaba la salida por Rodrigez Pena, a veces cuando él salía, pero aún más cuando él se encerraba a leer sus libros franceses mientras creía que yo estaba en mi cuarto tejiendo.
            Lamentablemente sucedió la desgracia. No podría haber imaginado ni en mis más locos sueños lo que pasó. Debo admitir que yo tengo la culpa, sin embargo no era posible para mí admitirlo en ese momento. Un día descubrí que en el cuarto de la lana ya no cabía ni una mediecita más, había llenado hasta el último hueco con mis tejidos. Al descubrir esto comencé a destejer mis creaciones, más a mi pesar descubrí que esto no me satisfacía, no podía pasarme el resto de la vida tejiendo y destejiendo el mismo abrigo una y otra vez. Elegí otro cuarto como depósito de lana y luego otro más. Termine pidiéndole a mi hermano que me dejara a mi limpiar de ese lado de la puerta de roble mientras el hacía los cuartos delanteros y él acepto. Pronto las cinco habitaciones estuvieron repletas. Así fue como, un día cualquiera, mi hermano escuchara, proveniente del otro lado de la puerta de roble, ciertos ruidos que confundió con pisadas de extraños, pero que en realidad eran producidos por la fricción de tanta lana compactada electrizando todo a su alrededor. No me atreví a contradecirlo, la vergüenza de admitir por cuanto tiempo me había dejado llevar era demasiada, sobre todo cuando recordaba con cuanto orgullo contaba mi hermano como yo tejía cosas siempre útiles. Además venia surgiendo en mi cierta creencia de que la lana, quizás, tenía vida propia y se movía a placer cuando yo no estaba cerca para vigilarla. Pensaba en que un día mis creaciones me harían un motín por dejarlas inutilizadas en los cuartos.
 Pasamos a refugiarnos en el lado en el que vivíamos de la casa y dejamos cerrado con llave el paso por la puerta de roble. No fue una molestia, la limpieza se transformó en un trabajo mucho más sencillo y también la preparación de nuestras comidas Mientras mi hermano cocinaba el almuerzo yo me dedicaba a preparar algo frió para la cena y así no tener que detenernos a la tarde para prepárala—. El problema resultó ser que me sobraba mucho más tiempo que antes. No pare de tejer, ya no podía salir a conseguir las lanas que quería, no era tan fácil con el espacio reducido y no quería, bajo ninguna circunstancia, que mi hermano se esterara de mi debilidad, pero igual tejía con los tristes colores que él me compraba. Ponto llene cajones de pañoletas. Cada vez lo podía evitar menos, lo único que podía pensar era en tejer, probaba nuevos puntos y me inventaba otros. No encontraba otra cosa en que gastar mí tiempo más que en eso, era lo único que me gustaba, me atraía como un una mosca a la miel. Incluso llegue a creer que tenía voluntad propia y por eso no me dejaba abandonarla.

Ocurrió una noche, que también en nuestro lado de la casa la lana se hizo demasiada, para entonces yo no podía sacarme la sensación de la cabeza de que la lana estaba viva. Fue, otra vez, mi hermano el que escucho algo extraño, la lana hacía su trabajo de fricción desde el bañito. Cuando me vino a buscar yo estaba con un chaleco a medio tejer en las manos. No nos detuvimos a regresar por nada, partimos con lo que teníamos encima, ni siquiera me pude llevar el chaleco, pues el ovillo de lana quedo dentro de la casa cundo cerramos la puerta de la calle con llave. Solté las agujas y por fin me sentí libre de hacer cualquier cosa que me propusiera distinta del tejido. No conté a mi hermano la verdad que quedo encerrada entre esas paredes, simplemente partimos esa noche a las once dejando todo atrás.

Antígona Vélez

14 de mayo de 2014

Ellas

Texto reflexivo íntegramente escrito y pensado por el grupo de alumnos de 5 B en base al cuento leído en clase, Antigona Vélez 

Evita, no sólo por su historia, una niñez y adolescencia humilde en buenos aires, sino también por el trabajo que llevo a cabo durante el gobierno de Perón siempre fue puesta en un lugar de "víctima" o mejor dicho, siempre tuvo una imagen muy sufrida. Pero esto no se debe tanto a lo que ella buscaba, o así, por lo menos es a nuestro entender sino que influyo mucho la concepción que los peronistas y no peronistas tenían sobre ella; se la veía siempre trabajando, era una mujer fuerte, decidida, con convicciones, ideales y valores y lo más destacable para la época sin miedo a mostrar toda esa parte luchadora que llevaba consigo. Por lo que se puede deducir que era una mujer aguerrida que a simple vista se la iba a poner en un lugar heroico por todo lo que significaba en su momento que una mujer mostrase tanta entrega para la política.
Esa es la imagen que refleja la figura de Evita. Por otro lado tenemos al otro personaje, ficticio esta vez, que es la conocida Antigona, otro claro ejemplo de mujer firme en sus ideales y valores, a la cual no le tembló el pulso para decidir que estaba bien, que mal y luchar por eso. Acá encontramos la primer similitud que el autor resaltó, la convicción de ambas mujeres porno que creían era valedero dar la vida. Y acá tenemos una falsa similitud, como una pequeña trampa si se quiere decir. Ambas mueren en la lucha mas Antigona Vélez  muere a causa de su pelea contra los demás, mientras que Eva muere indefectiblemente por una enfermedad pero todos siempre apuntan a que murió antes de tiempo, por que se cree que le quedaron muchas cosas por hacer y por eso se dice que murió en lucha.
El tercer parecido que encontramos es la revelación hacia el superior, Antigona se revela contra su tío, el terrateniente más importante de aquella época y contexto. Evita indirectamente la mayoría de las veces se revela, e incita a que el pueblo se revele, contra el  mounstro más grande de aquellas épocas que era el fraude electoral, la injusticia por parte de los más adinerados, la diferencia de clases, etc.

En definitiva, se sobreentiende que a ojos del autor de Antigona Vélez, Evita era una gran mujer merecedora de tal comparación con lo que fue una de las mujeres más fuertes de la mitología griega abocada a la lucha de lo que creía eran sus ideales y valores a mantener.

Carolina Almeyra - Camila Pinedo - Manón Szpyrka - Pilar López - Santiago Feo Mangione - Verónica López

Antigona Velez

13 de mayo de 2014


Esta foto representa a la justicia ciega mencionada en el libro.